El fotógrafo intuye historias que, sólo a veces, tiene la satisfacción de desvelar

“Ver”, “ojear”, “repasar”, “observar"... reflejan distintos grados de atención que pone el observador a la hora de mirar. Sin embargo,
de entre ellos, es posible que, "contemplar", sea el que más seriamente advierte a los sentidos que hay que esforzarse más.

El fotógrafo es un artista de la contemplación y la emoción de sus tomas sólo puede ser percibida si son, en verdad, contempladas.
En esta página invitamos a contemplar fotografía. Un juego en el que se puede compartir lo que a otros ha podido pasar desapercibido.

Cuatro Caños

E3; 14-54 en 27mm; 1/8s en f/3,1-0,3; 800 ISO; estabilizador de imagen activado.
Fuente de los Cuatro Caños, Sigüenza, al anochecer. Subiendo hacia el castillo, algo antes de entrar en el recinto amurallado por la Puerta del Hierro. La fotografía nocturna es de las más atractivas. También complicadas si no se lleva un buen trípode. Y es que la cámara sigue siendo una caja de luz... cuanta menos hay, peor funciona.
Pistas: Contraste de tonos. Comentarios ocultos (resaltar con el cursor a continuación para desvelar): Así vió la cámara los colores en esta toma: el cálido naranja de la fuente y las calles contra el frío azulado del cielo y el agua. Por supuesto, el tono cálido es el resultado de la iluminación artificial sobre la piedra. Aquí hubo que elegir entre respetar el color original de las calles (3000 kelvin) o el del cielo (9500 kelvin). Temperaturas tan separadas no admitían solución de compromiso, así que se optó por respetar el color del cielo. Aunque minoritario, es también el único objetivamente reconocible y, por tanto, el único capaz de dar credibilidad al resto (con la temperatura baja hubiera resultado un cielo azul tinta nada creible pese a la mayor naturalidad del color de la piedra). Por último, como ya ocurrio anteriomente en"Bayas", también aquí nos hayamos ante colores complementarios (naranja y azul), aunque esta vez menos saturados).

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